Cuando una pareja de novios decide recorrer miles de kilómetros para celebrar su boda y escoge como escenario, además, un lugar ligado a la infancia y a los recuerdos de alguno de ellos, está dejando bien claro de antemano que quiere convertir el día de su boda en un evento muy especial y entrañable, plagado de detalles y guiños.
Es el caso de la boda de Ana y Rubén, que viajaron más de 8.000 kilómetros para celebrar su enlace en Salamir (Asturias). Él mexicano y ella madrileña, ambos de vuelta al paraíso de su niñez, la de Ana, a la finca en donde pasaba los veranos y al pueblo en el que previamente, muchos años atrás, se habían casado sus padres.
Deloya se encargó del catering de un día en el que hubo de todo: nervios, alguna lágrima, felicidad, risas…y mucho baile. La boda de Ana y Rubén ha aparecido en numerosos blogs. Casilda se casa le dedicó, nada más y nada menos, que dos posts a su enlace; también salió en Tul y Flores, en un montón de páginas de Facebook…
Fue una auténtica fusión astur-mexicana. Hubo margaritas y queso cabrales, hubo nachos con guacamole y sidra, hubo mariachis y gaitas…un auténtico espectáculo. Las fotos hablan por si solas pero si queréis disrutar aún más de la boda, podéis consultar el blog de los novios. ¡Veréis que también hubo mucha fiesta!